12 abr 2013

EE.UU.: ley de armas a debate




Una vez más, los demócratas están de fiesta. Barack Obama logró que el Senado comience a discutir la ley más restrictiva sobre el control de armas planteada en los últimos 20 años para reducir las matanzas que cada tanto sacuden al país. Gracias a un acuerdo bipartidario para ampliar la averiguación de antecedentes antes de cada venta comercial de armas, los demócratas consiguieron por 68 votos contra 31 –ocho más de los necesarios- que el Senado comience a debatir un paquete de medidas que endurecerían la regulaciones vigentes.
Sin embargo, como sucedió con todas las grandes reformas que el presidente propició en sus más de cuatro años de gobierno, las promesas de grandes cambios pueden quedar reducidas a paliativos de relativa cuantía en las negociaciones con los republicanos.

De hecho, para lograr que el Senado acepte discutir este tema tuvo que hacer concesiones, algunas de ellas claves para impedir que los civiles tengan en sus manos poderosas armas de fuego. Por ejemplo, la propuesta bipartidista descartó de la iniciativa original de Obama la prohibición total de las armas de asalto, eufemismo bajo el cual se venden a civiles armas militares con modificaciones que reducen en poco o nada su poder de fuego.
La propuesta de los dos senadores que negociaron la iniciativa, el demócrata Joe Manchin y el republicano Patrick Toomey, afecta también otro punto importante. Se exigiría el pedido de antecedentes criminales y de salud mental para las compras en ferias o a través de internet, donde se comercializa el 40% de las armas. Pero ese requisito no sería necesario para las transacciones que se hagan entre particulares, como lo deseaba la Casa Blanca.
Sin embargo, pese a las concesiones, nadie garantiza que las restricciones acordadas terminen endureciendo las regulaciones de la Segunda Enmienda de la Constitución de Estados Unidos, donde se establece el derecho a tener y portar armas.
En principio, el hecho de que el acuerdo haya contado con el apoyo de 16 legisladores republicanos no significa que su partido vaya a respaldarlos. Por el contrario, dos distinguidos miembros del partido, los miembros del ultra derechista Tea Party Randal Paul y Marco Rubio, ya anunciaron que harán lo imposible por bloquear la iniciativa presentando una batería de enmiendas que por lo menos prolongaría el debate. Sumado a ello, hay senadores demócratas que representan a estados partidarios de la tenencia de armas, como Alaska o Arkansas, que probablemente terminarían dando sus votos a sus contrincantes. Y por si fuera poco, si la nueva ley logra imponerse en el Senado todavía debería pasar por la Cámara de Representantes (diputados), donde los republicanos tienen la mayoría.
Sobre demócratas y republicanos hay una presión indiscutible: la de la Asociación Nacional del Rifle. Este poderoso “lobby”, que representa a la industria del sector y aglutina a los defensores de la Segunda Enmienda, ya amenazó con bajar la calificación de los legisladores que favorezcan la iniciativa presidencial.
Obama, que lleva cuatro meses de dura campaña a favor de la restricción, tiene a su favor la conmoción que produjo la matanza de la escuela de Newtown, donde un joven de 20 años asesinó a 20 niños y seis adultos con un fusil de asalto y luego se suicidó. Según una encuesta de la cadena CNN, el 86% de los estadounidenses está a favor de exigir antecedentes criminales y de salud a todos los que adquieran armas, ya sea una transacción comercial o privada.
Los datos favorecen sin duda al presidente. Un estudio reciente de la por el Center for American Progress señaló que los Estados con menos restricciones para la compra de armas son los que tienen un índice más elevado de violencia armada. "Se cumplen 100 días de la tragedia de Newtown. Desde entonces murieron más de 2000 personas porque estaban en el sitio equivocado en el momento equivocado. Cada día que pasa sin que hagamos algo para evitarlo, son arrebatadas más vidas por una bala disparada por un arma", afirmó el mandatario en su campaña.
Pero pese al consenso que reflejan los sondeos, la suerte que correrán las reformas de Obama es por lo menos incierta.
La presión popular se reflejó en el acuerdo alcanzado por los dos partidos para discutir la iniciativa presidencial en el Senado. Pero las profundas diferencias entre los legisladores hacen temer fuertes negociaciones y la sanción de una ley que no termine conformando a nadie. «


Los puntos principales de la norma
  
- Calificar como delito federal el tráfico de armas.

Prohibir la venta de 157 tipos de armas de asalto.

- Limitar a diez la cantidad de proyectiles por cargador.

- Exigir antecedentes penales y mentales para todas las operaciones de armas, comerciales o particulares.

- Aumentar el presupuesto para dotar de mayor seguridad a las escuelas.


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